Respuestas sanitarias y sociales: salas de consumo supervisado de droga

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Introducción

Esta página ofrece una visión general de las principales cuestiones relacionadas con las salas de consumo de drogas, incluida la prestación de servicios, la orientación y las pruebas existentes y las evoluciones recientes en Europa. También tiene en cuenta las implicaciones a nivel práctico y político.

Última modificación: 24 de abril de 2024.

portada de la miniguía de las salas de consumo de drogas

En resumen,

Los objetivos del servicio incluyen, por lo general:

  • reducir la morbilidad y la mortalidad,
  • remitir a otros servicios asistenciales,
  • reducir las molestias públicas,
  • involucrar a las personas con patrones de consumo de alto riesgo.

Población objeto:

  • personas que no pueden o no están dispuestas a dejar de consumir drogas e involucrarse en comportamientos arriesgados en materia de consumo de drogas,
  • personas que consumen drogas con limitadas oportunidades de inyección o inhalación en condiciones higiénicas.

Servicios que pueden prestarse:

  • supervisión profesional del consumo,
  • un entorno más seguro para el consumo de drogas,
  • suministro de equipos esterilizados o higiénicos de inyección y de ahumado,
  • intervención de urgencia en las sobredosis que sobrevienen in situ,
  • servicios de asesoramiento,
  • atención médica primaria,
  • asesoramiento o formación a los clientes sobre formas más seguras de consumo de drogas, concienciación respecto a las sobredosis y el uso de la naloxona,
  • tratamiento con agonistas opioides,
  • remisión de los clientes a los servicios sociales, sanitarios y de tratamiento adecuados;
  • refrescos, uso de un teléfono, Wi-Fi, y posibilidad de ducharse y de lavar la ropa.

Elementos básicos

¿Qué son las salas de consumo supervisado de droga?

Las salas de consumo de drogas, conocidas en algunos países como instalaciones de inyección supervisadas, han sido definidas como instalaciones sanitarias supervisadas profesionalmente, en las que las personas que consumen estupefacientes pueden hacerlo en condiciones más seguras y más higiénicas (Hedrich et al., 2010). Conviene señalar que tienen por objeto ofrecer condiciones higiénicas, a menudo supervisadas por personal con formación médica, y un entorno seguro en el que las personas puedan consumir drogas sin temor a ser detenidas o a sufrir repercusiones legales.

¿Cuáles son sus objetivos?

Las salas de consumo supervisado de droga se establecen por lo general con el objeto de perseguir una combinación de objetivos en materia de salud individual, salud pública y orden público. Por lo general, estos servicios tienen por finalidad llegar a los colectivos más marginalizados deconsumidores de drogas (aquellos que se enfrentan a grandes obstáculos para acceder al apoyo médico y social) y mantener el contacto con ellos, así como proporcionar un portal a través del cual estos grupos puedan conectarse con una gama más amplia de servicios de apoyo sanitario y social.

Las salas de consumo de drogas buscan además reducir la morbilidad y la mortalidad relacionadas con las sobredosis y prevenir la propagación de enfermedades infecciosas ofreciendo acceso a equipos esterilizados, consejos para un uso más seguro e intervenciones de emergencia (Belackova et al., 2018).

Al brindar a los consumidores de drogas la oportunidad de consumirlas en un entorno tranquilo, higiénico y supervisado, las salas de consumo supervisado de droga también aspiran a reducir los daños derivados del «entorno de riesgo» más amplio al que pueden estar expuestos los grupos socialmente marginados o excluidos como consecuencia de la interacción de múltiples factores físicos, sociales, económicos y políticos (Rodas, 2002).

Las salas de consumo de drogas se encuentran por lo general en zonas cercanas a lugares de consumo abierto, caracterizados por unos índices elevados de consumo público de drogas. Al proporcionar espacio para un consumo seguro y protegido desde el punto de vista público, también pueden tener por objeto reducir el consumo de drogas en público y mejorar los servicios públicos (por ejemplo, reduciendo el número de jeringuillas desechadas indebidamente y los residuos relacionados con el consumo de drogas en general). En este sentido, las salas de consumo de drogas pueden caracterizarse como una respuesta a las preocupaciones de orden público y seguridad asociadas a los lugares de consumo público de drogas, a la vez que crean un mejor entorno para los residentes locales (Hedrich et al., 2010; Potier et al., 2014; Schäffer et al., 2014).

Además, las salas de consumo de drogas aspiran a jugar un papel en la lucha contra la estigmatización tratando a las personas que consumen drogas con dignidad y apoyándolas en múltiples aspectos de la integración social, como la búsqueda de empleo y vivienda (Kappel et al., 2016).

Como servicios de primera línea y de atención básica, las salas de consumo supervisado de droga suelen ser las primeras en recabar datos sobre las pautas de consumo de una nueva droga y, por lo tanto, pueden contribuir también a la identificación temprana de tendencias nuevas y emergentes entre las poblaciones de alto riesgo que utilizan sus servicios (EMCDDA and C-EHRN, 2023).

Las metas y objetivos específicos de las salas de consumo de drogas pueden diferir significativamente entre y hasta incluso dentro de las jurisdicciones, ya que se adaptan a las necesidades locales y a los marcos reglamentarios. También este es un ámbito de intervención en rápida evolución, tanto en lo que se refiere al enfoque como a los modelos de prestación de servicios, y la investigación y la evaluación pueden resultar necesarias para evaluar la eficacia de este enfoque en relación con las nuevas pautas de consumo.

Grupos destinatarios

El principal grupo destinatario de los servicios de salas de consumo de drogas son las personas implicadas en el consumo de drogas de riesgo. Las instalaciones para el consumo supervisado de drogas tienden a estar ubicadas en zonas que experimentan problemas en términos de consumo público, incluidas las comunidades en lugares públicos de consumo de drogas, y están dirigidas a personas que consumen drogas cuyas oportunidades de inyectarse en condiciones higiénicas son limitadas (por ejemplo, personas sin hogar, incluidas las que viven en alojamientos o refugios inseguros). Proporcionan una alternativa a las personas que, de otro modo, consumirían drogas en un entorno en el que el riesgo de sufrir daños es elevado debido a factores como la necesidad de administrar las drogas rápidamente, consumirlas en solitario y compartir o reutilizar el material utilizado para la inyección.

Las salas de consumo de drogas suelen estar integradas en un centro sanitario o de venopunción, un centro de acogida o un albergue, y la mayoría de las instalaciones de consumo supervisado admiten tanto a personas que se inyectan como a aquellas que fuman o inhalan drogas (Speed et al., 2020). Un limitado número de centros proporcionan apoyo especializado a las mujeres que consumen drogas o que han desarrollado actividades e intervenciones adaptadas a las necesidades de los migrantes o de las personas con diversidad de género (véase Migración y consumo de drogas: respuestas sanitarias y sociales).

Prestación del servicio

Modelos de prestación de servicios

En Europa se emplean normalmente dos modelos operativos: (1) salas de consumo de drogas integradas, que operan dentro de centros de bajo umbral, donde la supervisión del consumo de drogas es sólo uno de los varios servicios ofrecidos; y (2) salas de consumo de drogas especializadas, que ofrecen una gama relativamente reducida de servicios directamente relacionados con el consumo supervisado. Las salas de consumo de drogas pueden estar situadas en un lugar fijo o prestarse como servicio móvil. Por lo tanto, no existe un modelo operativo único, con variaciones en la organización, la dotación de personal y la prestación de servicios que reflejan tanto la disponibilidad de recursos como las necesidades de las comunidades en las que se encuentran las salas de consumo de drogas, así como los enfoques normativos a escala local (Belackova et al., 2018; Woods, 2014).

Servicios integrados

La configuración más habitual de una sala de consumo de drogas es como servicio co-ubicado físicamente, integrado dentro de un centro de asistencia sanitaria, como un centro de reducción de daños de base comunitaria, y que funciona como parte de su cartera de servicios más amplia, o como un servicio adjunto a un refugio de un día u otro servicio de alojamiento. Aquí, la supervisión del consumo de drogas es uno de los diversos servicios orientados a la reducción de daños y a la supervivencia que se ofrecen dentro de los mismos locales, y que pueden incluir servicios de acogida con suministro de alimentos, duchas y ropa; refugio; una sala social; atención psicosocial; un servicio de control de drogas; atención médica, incluido el tratamiento de heridas y las pruebas voluntarias para detectar infecciones; asesoramiento, orientación y derivación hacia el tratamiento para el consumo de sustancias; y, en algunos casos, acceso a programas de empleo.

Servicios especializados

Cuando se requiere una gran capacidad, los servicios de consumo supervisado de drogas pueden funcionar en forma de instalaciones independientes especializadas. Aunque siguen funcionando como parte de una red local a través de la cual sus clientes pueden acceder a otros servicios sanitarios y sociales, físicamente están separados. Este tipo de prestación suele ofrecer una gama más reducida de servicios, directamente relacionados con el consumo supervisado, que incluye el suministro de equipos y materiales higiénicos para el consumo de drogas, asesoramiento en materia de salud y consumo seguro de drogas, intervención en caso de emergencia y un espacio en el que las personas que consumen drogas pueden permanecer bajo observación tras el consumo de una droga.

Los servicios básicos directamente relacionados con el consumo supervisado pueden incluir:

  • educación sobre los daños causados por el consumo de drogas, prácticas de consumo más seguras y sexo más seguro;
  • el suministro de jeringuillas esterilizadas, pipas y otros equipos y materiales utilizados para el consumo de drogas;
  • supervisión durante el consumo de drogas y observación a continuación;
  • eliminación segura de los equipos usados;
  • atención médica de urgencia en caso de sobredosis u otras reacciones adversas;
  • servicios sanitarios básicos, por ejemplo el cuidado de heridas.

En un reducido número de lugares, se proporcionan espacios de consumo supervisado a través de mecanismos de proyección hacia el exterior. Esto puede deberse a la necesidad de responder a una población geográficamente más dispersa, o a la resistencia a nivel local contra el establecimiento de un lugar fijo, o porque este tipo de prestación es menos costosa. Las salas móviles de consumo de drogas consisten en furgonetas o autobuses especialmente equipados con una o tres cabinas de inyección. Presentan la ventaja de un menor costo de establecimiento y de una mayor flexibilidad en la prestación de servicios, ya que estos pueden prestarse a los clientes en más de una ublicación . Sin embargo, las salas de consumo supervisado de droga móviles están sujetas a limitaciones, como el tipo de consumo de droga que es posible alojar, normalmente limitado al consumo por vía parenteral, ya que la supervisión del consumo de drogas requiere un compartimento separado dentro de la unidad móvil equipada con un sistema de extracción. Su funcionamiento también puede verse afectado por las condiciones meteorológicas. Al igual que las salas especializadas en el consumo de drogas situadas en lugares fijos, las instalaciones móviles suelen funcionar como parte de una red local a mayor escala de servicios, y el personal deriva (y en ocasiones acompaña) a los clientes a otros proveedores de servicios, en función de las necesidades.

¿Qué ocurre normalmente en una sala de consumo de drogas?

Los clientes de las salas de consumo de drogas traen sus propias drogas, obtenidas previamente, y las consumen en presencia del personal. Dependiendo del lugar, las drogas se inyectan, se aspiran/esnifan, se inhalan/se ahuman o se consumen por vía oral. Las salas cuentan con personal formado para brindar asesoramiento sobre prácticas de inyección más seguras, incluidas recomendaciones sobre la selección del lugar y las técnicas de inyección, así como información sobre prácticas de menor riesgo. Durante y después del proceso de consumo, el personal vigila a los clientes para detectar signos de sobredosis u otros episodios adversos, de manera que puedan prestarles asistencia en caso necesario. El personal intervendrá en caso de sobredosis accidental o si los clientes experimentan angustia física o mental por otros motivos (p. ej., parada cardíaca o reacción alérgica).

El espacio en el que tiene lugar el consumo de drogas está separado físicamente de otras partes del centro y el acceso al mismo está controlado. Antes de entrar, el personal evalúa qué sustancia tiene previsto consumir la persona, le proporciona material para el consumo higiénico de drogas y le ofrece asesoramiento sobre un uso más seguro si es necesario. Una vez efectuado el consumo, el cliente suele permanecer bajo observación (algunas salas de consumo supervisado de droga cuentan con una zona de recuperación a la que es posible trasladar a los clientes después del consumo).

Además, las salas de consumo de drogas suelen ofrecer una amplia gama de servicios, entre los que figuran el acceso de bajo umbral a asistencia y apoyo social, médico y mental, o control de drogas. Entre una serie de servicios orientados a la supervivencia y la asistencia in situ, los clientes pueden ser evaluados en función de su necesidad de ser derivados a otros servicios de salud, incluido el tratamiento voluntario de la drogodependencia. Las instalaciones móviles no ofrecen por lo general la misma gama de servicios debido a que el espacio físico es más limitado.

El acceso a las instalaciones de consumo puede restringirse a los clientes registrados y, a menudo, es preciso cumplirse determinadas condiciones, como la edad mínima o la residencia en la localidad. Las normas de la institución varían, pero, por lo general, se prohíben la violencia, el tráfico y el consumo de drogas en las instalaciones. Por lo general, el personal no está autorizado a asistir a los clientes en el momento de administrarse sus drogas.

El horario de apertura y el número de visitas diarias permitidas varían considerablemente entre jurisdicciones y entre instalaciones.

Consideraciones para la aplicación

Las salas de consumo de drogas funcionan como una unidad dentro de un centro público de salud (centro sanitario, hospital) o, más habitualmente, su gestión corre a cargo de una organización no gubernamental. Como en el caso de otras intervenciones orientadas a la reducción de daños, su principal fuente de financiación es por lo general la administración local.

Los marcos jurídicos existentes constituyen un factor de consideración importante para el establecimiento de una nueva sala de consumo de drogas y en algunos casos pueden resultar problemáticos. La aprobación oficial de la puesta a disposición de salas de consumo de drogas en tanto que servicio sanitario puede tomar como base, en función del país de acogida, una serie de marcos reglamentarios o enfoques jurídicos diferentes. Algunos ejemplos son el dictamen de un experto jurídico (Körner, 1993), las directrices del fiscal general, las disposiciones o exenciones específicas de las legislaciones nacionales sobre drogas o las disposiciones locales en materia de salud pública. No en todos los países está autorizado el establecimiento de salas de consumo de drogas. Hasta la fecha, existen más de cien salas de consumo de drogas sancionadas legalmente que operan en ciudades de algunos países de la UE y otros países europeos, así como en Australia, Canadá, México y Estados Unidos.

Las salas de consumo supervisado de droga se instalan principalmente en entornos urbanos que están experimentando problemas relacionados con el consumo público de drogas y las sobredosis. Como en el caso de otros servicios relacionados con las drogas, invertir en consultas y el logro de un consenso con los principales actores locales será un elemento crítico, necesario para minimizar cualquier posible resistencia a nivel de la comunidad o respuestas policiales contraproducentes (Jauffret-Roustide y Cailbault, 2018; Taylor et al., 2019). Además, es importante desarrollar una comprensión común de la situación actual en materia de drogas, tanto para articular un consenso sobre las necesidades sanitarias y sociales de las personas que consumen drogas como para abordar eficazmente las cuestiones que preocupan a la comunidad local y a las partes interesadas a nivel institucional.

También se ha identificado a las asociaciones locales integradas por múltiples agencias o a los comités de vecindad como elementos importantes a la hora de crear y gestionar eficazmente una sala de consumo de drogas. Suelen adoptar la forma de «mesas redondas» locales de agentes activos en el ámbito sanitario y policial , presididas por la administración municipal, y trabajan codo a codo con la entidad para garantizar que se establezca una buena sintonía entre todas las partes interesadas y se transmitan mensajes coherentes a los medios de comunicación (véase el gráfico Composición de un comité de vecindad de una sala de consumo de drogas). Las funciones de estos comités pueden incluir la supervisión de la calidad de vida en el vecindario, la mediación cuando surgen problemas que involucran al establecimiento o a sus clientes y, en ocasiones, la implementación de un plan de acción a más amplia escala para la comunidad local en el marco de un concepto de política urbana (Jauffret-Roustide y Cailbault, 2018).

Composición de un comité de vecindad de la sala de consumo de drogas
gráfico de la composición del comité de barrio de la sala de consumo de drogas

Compromiso del personal y de los compañeros

Las salas de consumo higiénico de droga suelen estar atendidas por enfermeras, trabajadores sociales, compañeros de trabajo y educadores sanitarios, pero los médicos y el personal de seguridad también pueden formar parte del equipo. También pueden estar representados otros grupos profesionales (Belackova et al., 2018; EMCDDA y C-EHRN, 2023).

Dependiendo de la sala de consumo de drogas, las tareas del personal pueden incluir la recepción de los clientes; la inspección visual de las sustancias que se vayan a consumir (o, en algunos casos, el control de las drogas); y la evaluación general del cliente. Las salas de consumo de drogas proporcionan jeringuillas esterilizadas y otros equipos de consumo de drogas en función de las necesidades; responden a preguntas sobre sustancias y prácticas de consumo seguras; imparten educación sobre prácticas más seguras de consumo de drogas; vigilan a los clientes para detectar posibles sobredosis y, si es necesario, intervienen en caso de acontecimientos adversos.

Normalmente, las enfermeras y el resto del personal no están autorizados a administrar inyecciones, pero imparten formación sobre formas de inyectarse más seguras, como por ejemplo demostraciones in situ de técnicas de inyección más seguras. Puede permitirse al personal que ayude a los clientes a encontrar venas para inyectarse de manera más segura, pero no que manipule los fármacos que estos introducen en la instalación. Después del consumo, el personal sigue vigilando a los clientes en busca de síntomas de perturbación.

Normalmente, el personal encargado de recibir y registrar a los clientes recopila datos específicos predefinidos, como información personal básica, y atribuye un número o código de identificación único a cada individuo. También puede recopilar datos adicionales sobre cada visita, como la hora del día y el fármaco utilizado. En algunos centros, el personal recopila dichos datos mediante encuestas transversales orientadas a documentar las tendencias por lo que se refiere al bienestar de los clientes individuales, en particular información sobre la salud y sobre el comportamiento relacionado con la salud, así como el acceso y el uso de los programas de rehabilitación de drogodependientes y los centros de atención sanitaria primaria y secundaria.

Los deberes del personal en respuesta a emergencias relacionadas con las drogas se definen normalmente en protocolos operativos específicos del lugar. El personal suele recibir formación para administrar la naloxona en respuesta a una sobredosis de opioides y recibe instrucciones para ponerse en contacto con los servicios de emergencia si un cliente experimenta una sobredosis.

Hechos probados y respuestas

En tanto que servicios, las salas de consumo supervisado de droga son especialmente difíciles de evaluar. El escaso número de estudios que utilizan diseños similares es de escasa ayuda a este respecto. Las ponderaciones en este ámbito son difíciles debido a las diferentes definiciones que se utilizan en las revisiones, o a las preguntas abordadas en la investigación, así como a la heterogeneidad en cuanto a las medidas adoptadas en función de los resultados (EMCDDA y C-EHRN, 2023). En conjunto, esto obstaculiza la puesta en común de los resultados de los estudios originales e impide que las revisiones sistemáticas se plasmen en declaraciones sólidas por lo que se refiere a las pruebas.

La falta de pruebas, o un conjunto de pruebas de escasa calidad, no significa necesariamente que una intervención sea ineficaz. Simplemente demuestra que la intervención aún no ha sido estudiada adecuadamente. Existe también un elevado grado de incertidumbre en relación con la interpretación de los resultados de los estudios con pruebas de escaso nivel y un posible riesgo elevado de sesgo.

Teniendo en cuenta las revisiones de pruebas actuales (EMCDDA y C-EHRN, 2023), junto con los principios generales de investigación y toma de decisiones basadas en pruebas (véase Spotlight on... Understanding and using evidence), las pruebas existentes indican un efecto beneficioso para las salas de consumo de drogas sobre una serie de resultados (véase el cuadro Resumen de las pruebas relativas a las salas de consumo de drogas). Entre ellas se incluyen la mejora del acceso a la asistencia sanitaria y los servicios de reducción de daños para las poblaciones objeto de difícil acceso (Levengood y cols., 2021); Pardo et al., 2018; Potier et al., 2014; Tran et al., 2021); reducir la reducción de las muertes relacionadas con las drogas (Belackova et al., 2017; Kimber et al., 2010; Levengood et al., 2021; Pardo et al., 2018; Potier et al., 2014; Roux et al., 2023; Semaan et al., 2011); y reducir los comportamientos de riesgo de inyección (Belackova et al., 2017); Belackova et al., 2018; Bravo y cols., 2009; Kimber et al., 2010; Levengood et al., 2021; Milloy and Wood, 2009; Pardo et al., 2018; Potier et al., 2014; Roux et al., 2023; Semaan et al., 2011).

Además, una reciente revisión del grupo de expertos apoya la dotación de instalaciones de inyección supervisadas para reducir los comportamientos de riesgo a la hora de inyectarse entre las personas que inyectan drogas, lo que podría contribuir a la prevención de la transmisión del VHC y del VIH (ECDC y OEDT, 2023).

Algunos datos parecen indicar también que en las salas de consumo supervisado de droga no se ha observado un aumento de la delincuencia en las zonas circundantes y pueden contribuir a reducir el consumo de drogas en espacios públicos y mitigar las molestias generales para el público en zonas en las que se registran altos niveles de consumo público de drogas (Belackova y cols., 2017; Levengood y cols., 2021; Potier y cols., 2014; Tran y cols., 2021).

A pesar de las dificultades a las que se enfrentan las investigaciones en este ámbito, es preciso efectuar más estudios con el fin de mejorar el conjunto de pruebas disponible sobre la eficacia de las salas de consumo supervisado de droga para la reducción de los daños individuales y comunitarios, así como para mejorar los resultados asociados tanto con las vías de administración por vía parenteral como con las vías de administración no inyectadas, y las relacionadas con las molestias o los costes médicos públicos.

Resumen de las pruebas relativas a las salas de consumo supervisado de droga

Declaración Pruebas
Efecto Calidad

Las salas de consumo de drogas pueden ser eficaces para reducir las muertes relacionadas con el consumo de drogas.

Beneficiosa

Bajo

Las salas de consumo supervisado de droga pueden contribuir a reducir las conductas de riesgo en el consumo por vía parenteral.

Beneficiosa

Bajo

Las salas de consumo supervisado de droga pueden tener un efecto beneficioso a la hora de ayudar a las poblaciones objeto a las que resulta difícil acceder a los servicios sanitarios y a los servicios de reducción de daños.

Beneficiosa

Bajo

Las salas de consumo de drogas son eficaces para reducir el consumo de drogas en los espacios públicos, así como para reducir las molestias públicas en general.

Beneficiosa

Bajo

Las salas de consumo supervisado de droga no aumentan la delincuencia en la zona circundante.

Beneficiosa

Bajo

Clave de efecto de la prueba:
Beneficiosa: Prueba del beneficio en la dirección prevista. No está claro: No está claro si la intervención produce el beneficio previsto. Posible daño: Prueba de daño potencial, o prueba de que la intervención tiene el efecto contrario al deseado (por ejemplo, aumentar en lugar de disminuir el consumo de drogas).

Clave de calidad de la prueba:
Alto: Podemos tener un alto nivel de confianza en las pruebas disponibles. Moderado: Tenemos una confianza razonable en las pruebas disponibles. Bajo: Tenemos una confianza limitada en las pruebas disponibles. Muy bajo Las pruebas disponibles actualmente son insuficientes y, por lo tanto, existe una incertidumbre considerable sobre si la intervención producirá el resultado deseado.

Perspectiva europea

Entre otras medidas para reducir los casos de sobredosis mortales y no mortales, el Plan de Acción de la UE en materia de Lucha contra la Droga 2021-2025 urge a que se introduzcan, mantengan o mejoren las salas de consumo de drogas cuando proceda y de conformidad con la legislación nacional. No obstante, en algunos países no están permitidas en la actualidad las salas de consumo de drogas.

En Europa están en funcionamiento desde 1986, cuando se creó la primera en Berna (Suiza). Desde entonces, se han abierto instalaciones de este tipo en ciudades de un cada vez mayor número de países europeos, como Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Islandia, Luxemburgo, los Países Bajos, Noruega, Portugal y España.

La distribución geográfica de las salas de consumo de drogas es desigual, tanto a nivel internacional como a nivel regional. Hay más de cien salas de consumo de drogas en funcionamiento a escala mundial, con servicios en algunos países de la UE y otros países europeos, Australia, Canadá, México y los Estados Unidos. La figura Ubicación y número de salas de consumo de drogas en toda Europa ofrece una visión general de la ubicación geográfica de las salas de consumo de drogas en toda la Unión Europea y Noruega.

En Europa en su conjunto, la administración de heroína por vía parenteral disminuye desde hace varios años y en algunos países ha sido sustituida por el consumo abusivo de opioides sintéticos o estimulantes, o de ambos. En este contexto dinámico, muchos servicios para drogodependientes, como las salas de consumo supervisado de droga, han tenido que adaptar sus servicios a las necesidades cambiantes de las poblaciones locales y a la evolución del mercado de la droga, lo que a menudo implica hacer frente a una amplia gama de prácticas y daños. Ello ha incluido, en algunos países, la provisión de espacios para vías de administración distintas del consumo de drogas por vía parenteral, por lo general el consumo de tabaco, y la autorización del consumo de una gama más amplia de sustancias dentro de la instalación.

Figura: localización y número de salas de consumo supervisado de droga en toda Europa

Implicaciones para las políticas y la práctica

Elementos básicos

  • Las salas de consumo de drogas son instalaciones sanitarias que pretenden ofrecer espacios para el consumo supervisado de sustancias ilícitas. Por lo general, están concebidas como una respuesta local a problemas y necesidades locales.
  • El objetivo principal de las salas de consumo supervisado de droga es prevenir las muertes por sobredosis, reducir el riesgo de transmisión de enfermedades por vía parenteral no higiénica y conectar a las personas que consumen drogas con el tratamiento de adicciones y otros servicios sanitarios y sociales.
  • En términos generales, en Europa se suelen utilizar dos modelos operativos: los servicios integrados, que operan en instalaciones de bajo umbral, y los servicios especializados, que ofrecen una gama más reducida de servicios directamente relacionados con el consumo supervisado.
  • Aunque inicialmente centrada en el consumo de drogas por vía parenteral, más recientemente se han abordado otras conductas relacionadas con el consumo de drogas, como el consumo de tabaco o la inhalación.
  • La diversidad en el diseño de los programas y la naturaleza dinámica del desarrollo de los servicios en este ámbito hacen que las generalizaciones solo puedan realizarse con cautela.
  • En algunos países de la UE no están permitidas actualmente las salas de consumo de drogas.

Oportunidades

  • Como servicios de primera línea y de atención básica, las salas de consumo supervisado de droga suelen ser las primeras en recabar datos sobre las pautas de consumo de una nueva droga y, por lo tanto, pueden contribuir también a la identificación temprana de tendencias nuevas y emergentes entre las poblaciones de alto riesgo que utilizan sus servicios.
  • A medida que disminuye el consumo de heroína por vía parenteral en algunos países, es posible que las salas de consumo supervisado de droga centren su atención en la reducción de los daños asociados a otras vías de administración (p. ej., fumar) u otras sustancias (p. ej., cocaína, metanfetamina, GHB). La investigación y la evaluación son especialmente necesarias para evaluar la eficacia de este enfoque entre las poblaciones que no se inyectan.
  • Las salas de consumo de drogas pueden constituir un marco útil para la investigación en materia de aplicación de medidas a fin de desarrollar y mejorar la prevención, la reducción de daños y las estrategias de salud pública. Su proximidad a los procesos de consumo puede permitir la observación de los comportamientos de riesgo individuales y la evolución del comportamiento de riesgo a lo largo del tiempo.

Déficits

  • Es necesaria una investigación de alta calidad para mejorar las pruebas que delimitan hasta qué punto las salas de consumo de drogas reducen los daños a nivel individual y comunitario, tanto por lo que se refiere a los resultados asociados a la inyección de drogas como a los asociados con las vías de administración no inyectables.
  • Son necesarias investigaciones y orientaciones sobre la aplicación para informar mejor a los responsables de la toma de decisiones que pretendan establecer nuevos servicios de salas de consumo supervisado de droga.
  • Existe una falta de oferta e investigación sobre modelos alternativos de prestación de servicios, por ejemplo, servicios adaptados a subpoblaciones específicas, como las mujeres y los migrantes.

Otros recursos

EMCDDA

Otras fuentes

Referencias

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Woods, S. (2014), Drug consumption rooms in Europe: organisational overview, European Harm Reduction Network, Amsterdam.

Sobre esta miniguía

Esta miniguía forma parte de una serie más amplia, que en conjunto comprende Health and social responses to drug problems: a European guide. Ofrece una visión general de aspectos importantes relacionados con las salas de consumo de drogas, incluida la prestación de servicios, las pruebas disponibles y lo que está sucediendo en Europa. También tiene en cuenta las implicaciones a nivel práctico y político.

Cita recomendada: Observatorio Europeo de la Droga y las Toxicomanías (2024), Respuestas sanitarias y sociales: salas de consumo de drogas, https://www.emcdda.europa.eu/publications//mini-guides/health-and-socia….

Identificadores

HTML: TD-09-24-251-ES-Q
ISBN: 978-92-9408-018-9
DOI:10.2810/448023

Fuente de datos

Los datos utilizados para generar las infografías y los gráficos de esta página pueden consultarse a continuación.

Ciudad País lat lon Número de empleados
Bruselas Bélgica 50.84 4.35 1
Lieja Bélgica 50.6278 5.57459 1
Aarhus Dinamarca 56.14597 10.19845 1
Copenhague Dinamarca 55.67453 12.5677 2
Odense Dinamarca 55.39509 10.38202 1
Vejle Dinamarca 55.70232 9.522832 1
París Francia 48.8539 2.34879 1
Estrasburgo Francia 48.579 7.73633 1
Berlín Alemania 52.504671 13.3945135 3
Bielefeld Alemania 52.02656 8.540516 1
Bochum Alemania 51.4815 7.2244 1
Bonn Alemania 50.78 7.1778 1
Dortmund Alemania 51.56247 7.45377 1
Düsseldorf Alemania 51.2397 6.6778 1
Essen Alemania 51.4798 7.0569 1
Frankfurt Alemania 50.20948 8.76 4
Hamburgo Alemania 53.56828 9.999227 5
Hannover Alemania 52.37608 9.73263 1
Karlsruhe Alemania 49.012 8.390306 1
Köln Alemania 50.93167 6.949464 1
Münster Alemania 51.95222 7.623233 1
Saarbrücken Alemania 49.24041 6.98665 1
Troisdorf Alemania 50.818 7.14125 1
Wuppertal Alemania 51.24225 7.158186 1
Atenas Grecia 38 23.7 1
Esch-sur-Alzette Luxemburgo 49.50245 5.97222 1
Luxemburgo Luxemburgo 49.6503 6.2512 1
Almere Países Bajos 52.3829 5.2887 1
Ámsterdam Países Bajos 52.414 4.90793 3
Apeldoorn Países Bajos 52.1813 6.00827 1
Arnhem Países Bajos 51.98497 5.899034 1
Deventer Países Bajos 52.29638 6.178408 1
Enschede Países Bajos 52.1988 6.87604 1
Haarlem Países Bajos 52.389 4.6896 1
Heerlen Países Bajos 50.8888 5.9811 1
Leeuwarden Países Bajos 53.1987 5.8322 1
Leiden Países Bajos 52.1597 4.4811544 1
Maastricht Países Bajos 50.8541 5.69063 1
Nijmegen Países Bajos 51.81272 5.842056 2
Roermond Países Bajos 51.2248 5.9753 1
Rotterdam Países Bajos 51.8882 4.6136 4
s-Hertogenbosch Países Bajos 51.69714 5.305474 1
Tilburg Países Bajos 51.60593 5.14963 1
Utrecht Países Bajos 52.086 5.1127 1
Vlissingen Países Bajos 51.42818 3.52915 1
Zwolle Países Bajos 52.54429 6.09052 1
Bergen Noruega 60.3954 5.33062 1
Oslo Noruega 59.920979 10.753526 1
Oporto Portugal 41.149 -8.61 1
Lisboa Portugal 38.716311 -9.142432 2
Badalona España 41.450142 2.24742 1
Barcelona España 41.3825 2.1769 9
Bilbao España 43.2569 -2.9236 1
Lleida España 41.61898 0.6201 1
Reus España 41.14994 1.10571 2
Sant Adrià de Besòs España 41.430599 2.21824 1
Taragona España 41.1186 1.24047 1

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