Enfermedades infecciosas relacionadas con las drogas: respuestas sanitarias y sociales
Introducción
Esta miniguía sobre la respuesta a las enfermedades infecciosas relacionadas con las drogas es una de un conjunto más amplio que incluye Respuestas sanitarias y sociales a los problemas de drogas: una guía europea 2021. Ofrece una visión general de los aspectos más importantes que deben tenerse en cuenta a la hora de planificar o proporcionar respuestas sanitarias y sociales a las enfermedades infecciosas relacionadas con las drogas, y revisa la disponibilidad y la eficacia de las respuestas. También tiene en cuenta las implicaciones para la política y la práctica.
Última actualización: 1 de diciembre de 2021.
Contenido:
Visión general
Cuestiones básicas
El uso compartido de equipos de inyección aumenta el riesgo de transmitir y adquirir infecciones transmitidas por la sangre, como el VIH y los virus de la hepatitis B, C (VHB y VHC). Los grupos marginalizados, incluidas las personas con graves problemas de drogas, ya sea inyectables o de otro tipo, también pueden estar expuestas a un elevado riesgo de contraer otras enfermedades infecciosas, como la tuberculosis.
La hepatitis C es la infección vírica transmisible por la sangre más prevalente entre las personas que se inyectan drogas. La disponibilidad de tratamientos muy eficaces para la hepatitis C ha dado lugar a un cambio de estrategia para abordar las altas tasas de infección por el VHC observadas entre los consumidores de drogas inyectables. La infección crónica por el VHC puede provocar la muerte por hepatopatía grave, como cirrosis y cáncer de hígado.
Históricamente, las intervenciones dirigidas a los usuarios de drogas inyectables —principalmente el tratamiento con agonistas de los opioides (1), los programas de intercambio de agujas y jeringuillas y las medidas de reducción de daños para reducir las conductas de riesgo— se centraron principalmente en reducir la transmisión del VIH. El éxito de estas medidas puede observarse en la baja proporción de transmisión del VIH atribuida al consumo de drogas inyectables (alrededor del 5 % de los diagnósticos en los que se conoce la vía de transmisión), una tasa que se ha mantenido estable durante la última década. No obstante, el riesgo de infección por VIH asociado al consumo de drogas inyectables sigue siendo elevado en algunos países, y en Europa siguen produciéndose brotes de VIH relacionados con el consumo de drogas inyectables.
Pruebas y respuestas
- Proporcionar tratamiento agonista de opioides y otro tratamiento eficaz contra la drogodependencia a los consumidores de drogas inyectables.
- Programas de intercambio de agujas y jeringuillas que proporcionan equipos de inyección estériles y educación sobre un consumo más seguro a las personas que se inyectan drogas.
- Vacunación contra la hepatitis A y B, el tétanos, la gripe y la COVID-19, además de poner la vacuna neumocócica a disposición de las personas en riesgo.
- Las pruebas de detección rutinarias del VIH, el VHC (más el VHB para las personas no vacunadas) y otras infecciones como la tuberculosis se integran en los servicios de tratamiento de la drogodependencia y reducción de daños.
- Derivación y tratamiento para las personas infectadas, incluidos tratamientos antivíricos de acción directa para el VHC.
- Promoción de la salud centrada en hábitos de inyección más seguros; salud sexual, incluido el uso de preservativos; y prevención, detección y tratamiento de enfermedades.
- Intervenciones individuales mediante estrategias proactivas y multicomponentes que se adaptan a las necesidades de los consumidores y a las condiciones locales.
Panorama europeo
- Todos los países vigilados por el EMCDDA, salvo uno, proporcionan equipos de inyección limpios y gratuitos a través de puntos de suministro especializados. Sin embargo, en toda Europa existen variaciones considerables en la cobertura, lo que indica la necesidad de aumentar la prestación de servicios en algunos países.
- El tratamiento con agonistas de opioides se ofrece en toda Europa, pero la cobertura sigue siendo baja en una serie de países, incluidos algunos que notifican factores de riesgo de infección por VIH o VHC entre los consumidores de drogas inyectables.
- La mayoría de los países de la UE han adoptado estrategias para hacer frente a la hepatitis C y la mayoría han introducido tratamientos antivíricos de acción directa para el VHC, aunque la cobertura sigue siendo baja.
- Varias iniciativas a escala de la UE han tratado de compartir conocimientos sobre buenas prácticas (por ejemplo, HepCare, JA Integrate), mientras que una iniciativa del EMCDDA sobre el VHC ha desarrollado herramientas para apoyar a las partes interesadas en los contextos de servicios de drogodependencia a la hora de reducir las barreras a las pruebas de detección del VHC y a la atención a los consumidores de drogas inyectables.
Cuestiones clave relacionadas con el consumo de drogas y las enfermedades infecciosas
Los objetivos de poner fin a la epidemia de VIH/SIDA y combatir las hepatitis víricas forman parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Estos objetivos se han transformado en un conjunto de «Compromisos para poner fin al SIDA de aquí a 2030» por parte de ONUSIDA y en una estrategia sanitaria global sobre la hepatitis vírica por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto con un plan de acción para una respuesta eficaz del sector sanitario a la hepatitis vírica en la región europea de la OMS. El objetivo es lograr una reducción de la incidencia de infecciones crónicas por VHB y VHC del 90 % y una reducción de la mortalidad por infecciones crónicas por VHB y VHC del 65 % para 2030.
El consumo de drogas inyectables sigue siendo un modo importante de transmisión del VIH en algunos países de la UE, y siguen produciéndose brotes locales, relacionados principalmente con la inyección de estimulantes. Además, a pesar del descenso de las tasas registrado en los últimos años, más de 1 de cada 10 nuevos casos de SIDA en la Unión Europea se siguen atribuyendo al consumo de drogas inyectables. Esto puede indicar un diagnóstico tardío o una mala gestión de los casos, ambas son causas de daños a pacientes que pueden evitarse.
La infección por el VHC es muy frecuente entre los consumidores de drogas inyectables en Europa. La infección a menudo es asintomática y muchos de los infectados no saben que lo están. El virus se asocia a infección por hepatitis tanto aguda como crónica, y se estima que entre el 75 % y el 80 % de las personas infectadas pasan a desarrollar enfermedad crónica. La hepatitis C crónica puede conducir a hepatopatías graves, como la cirrosis y el cáncer, que pueden ocasionar la muerte. La prevalencia de anticuerpos del VHC (un marcador de haber sido infectado por el virus) entre las muestras nacionales de consumidores de drogas inyectables es muy variable, pero es considerablemente superior a los niveles encontrados en la población general, y algunos países notificaron tasas superiores al 50 %.
La infección por VHB es menos frecuente, ya que se utiliza una vacuna eficaz ampliamente en los programas nacionales de inmunización. Sin embargo, puede que los consumidores de drogas sean pasados por alto en las campañas habituales. No se dispone de datos fiables, pero las estimaciones nacionales recientes en Europa indican que hasta un 10 % de los consumidores de drogas inyectables pueden estar infectados por la hepatitis B. El vhb puede transmitirse compartiendo equipos de inyección, por contacto sexual o de madre a hijo (durante el embarazo, el parto y después de este).
La inyección de drogas también conlleva un riesgo de infecciones bacterianas como Staphyloccocus aureus, infecciones por estreptococos del grupo A (SGA) y botulismo por herida. Los grupos marginados, incluidas las personas con problemas graves relacionados con las drogas, tanto si se inyectan como si no, también pueden tener un mayor riesgo de contraer enfermedades infecciosas como la tuberculosis y la hepatitis A. El consumo de drogas por vía parenteral puede causar daños en las venas y problemas circulatorios asociados. Por ejemplo, la trituración y la inyección de medicamentos que se presentan en forma de comprimidos, como la buprenorfina, pueden causar una serie de problemas de salud potencialmente graves.
Aunque los opioides son las drogas que más se inyectan en Europa, un número considerable de personas inyectan otras sustancias, como anfetaminas, cocaína y esteroides anabolizantes. El consumo de estimulantes por inyección se ha asociado a prácticas de consumo de drogas inyectables más arriesgadas y a brotes de VIH, y hay algunos indicios de que el consumo de estimulantes inyectables puede estar aumentando en Europa.
Independientemente de las drogas que se inyecten o inhalen, los principales objetivos de salud pública siguen siendo los mismos: reducir la transmisión de enfermedades infecciosas adquiridas mediante el intercambio de jeringuillas, agujas y otros equipos de inyección e inhalación contaminados, y mejorar la salud de las personas infectadas.
Pruebas y respuestas a las enfermedades infecciosas relacionadas con las drogas
En los últimos años se ha avanzado hacia la prevención de las infecciones de forma integrada, en lugar de centrarse en enfermedades individuales. Las estrategias destinadas a reducir las enfermedades infecciosas entre los consumidores inyectables incluyen intervenciones orientadas a prevenir las infecciones y reducir el riesgo de transmisión, además de las que se centran en el tratamiento cuando se produce una infección. Además, las estrategias de salud pública más amplias, como la prestación de servicios de acercamiento a la comunidad y de bajo umbral y entornos posibilitadores, pueden reducir las barreras para acceder al tratamiento y reducir así la vulnerabilidad a las infecciones. Habilitar a los consumidores de drogas inyectables para que se protejan a sí mismos también puede aportar un entorno en el que la transmisión de la infección sea menos probable.
Reducción de la susceptibilidad a la infección
La reducción de la morbimortalidad por sobredosis plantea un desafío considerable para la salud pública en Europa. Una respuesta más amplia en materia de salud pública en este ámbito tiene por objeto reducir la vulnerabilidad de los consumidores de drogas de alto riesgo, en particular eliminando las barreras a los servicios y haciéndolos más accesibles, así como capacitando a las personas para que asuman menos riesgos. Esto puede incluir intervenciones como la promoción de la calidad de la asistencia y el tratamiento y la ejecución de programas respaldados por pruebas; la prestación de intervenciones de reducción de daños; el desarrollo de políticas nacionales de prevención, respaldadas por un compromiso a largo plazo de los responsables políticos y financiación de los servicios de tratamiento; y el refuerzo de la colaboración entre las diferentes partes interesadas en la prestación de servicios sanitarios integrados, incluido el tratamiento de la hepatitis C para los consumidores de drogas.
Los servicios comunitarios de drogodependencia de bajo umbral, que ofrecen pruebas voluntarias de enfermedades infecciosas y asesoramiento sobre conductas de riesgo, así como asistencia en la gestión de enfermedades, también pueden aumentar las tasas de vacunación contra la hepatitis A y B. La vacunación universal de los niños contra la hepatitis B y las campañas de vacunación dirigidas a grupos de alto riesgo significan que la hepatitis B debería ser cada vez más rara en el futuro. Sin embargo, dado que la cobertura de vacunas de las poblaciones de consumidores de drogas inyectables puede ser deficiente, se les debe considerar como un grupo para el que sería adecuado realizar pruebas adicionales de cribado y la vacunación utilizando el programa acelerado recomendado por la OMS sería adecuada. Debe ofrecerse la vacunación a los usuarios de drogas inyectables en todos los puntos de contacto de los servicios, ya sea en centros de reducción de daños de bajo umbral, servicios de tratamiento o centros penitenciarios.
Prevención de las infecciones y reducción del riesgo de transmisión
Servicios integrados de enfermedades infecciosas para personas que se inyectan drogas
Es importante que los servicios se presten en el marco de un programa coordinado de varios componentes para aumentar al máximo su eficacia. Dichos programas deben ajustarse también a las necesidades de los diferentes grupos de personas, que pueden tener distintas pautas de consumo de drogas inyectables. Por ejemplo, en algunos países puede ser importante traducir los materiales a un conjunto específico de lenguas y formar al personal y a los compañeros de trabajo para que trabajen con las poblaciones migrantes y de minorías étnicas.
Se admite que es esencial adoptar una estrategia sistemática que garantice que todas las intervenciones disponibles estén en marcha y trabajar conjuntamente para proporcionar un «continuo de atención». También se dispone de un creciente conjunto de pruebas sobre cómo los proveedores de servicios de tratamiento de la drogodependencia y reducción de daños pueden ayudar a los consumidores de drogas inyectables a acceder a pruebas y tratamiento, utilizando métodos innovadores y creativos y desarrollando nuevos modelos de asistencia. Entre ellos están, por ejemplo, las estrategias dirigidas por personal de enfermería, los servicios móviles, la prestación de servicios de farmacia, los modelos de atención compartida y la participación de trabajadores de apoyo entre pares.
Al desarrollar modelos de asistencia integrados de pruebas y tratamiento, es esencial tener en cuenta la transferibilidad, ya que la adaptación adecuada al contexto y la prestación de servicios actuales serán clave para el éxito. Cada vez ha sido más importante en los últimos años el éxito de los tratamientos antivirales en la reducción de la carga de las enfermedades crónicas (VIH, VHB, VHC) entre los consumidores de drogas inyectables infectados. La prestación de tratamiento antivírico a esta población reduce la mortalidad y la morbilidad y reduce indirectamente la transmisión posterior (este efecto indirecto se ha denominado «tratamiento como prevención»).
El establecimiento de vínculos entre los servicios de drogodependencia y los de salud sexual puede tener una importancia especial para responder, de manera eficaz, a la propagación de infecciones relacionadas con el consumo de estimulantes y otras drogas inyectables entre hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres. Las intervenciones de prevención para este grupo incluyen pruebas y tratamiento de infecciones, educación sanitaria y la distribución de materiales de prevención, como preservativos, lubricantes y equipos de inyección estériles. Para prevenir infecciones por el VIH adquiridas por vía sexual, la profilaxis antes de la exposición es otra medida de prevención para las poblaciones en situación de mayor riesgo.
Teniendo en cuenta que los centros penitenciarios son entornos de alto riesgo para la transmisión de infecciones transmitidas por la sangre, se espera que una estrategia global para la reducción de daños en este contexto desempeñe un papel importante en la salud de la población reclusa, así como en la comunidad en general. Sin embargo, abordar las enfermedades infecciosas en los centros penitenciarios puede resultar especialmente difícil debido a los costes que conllevan, la necesidad de colaborar con especialistas en enfermedades infecciosas y drogodependencia y otros factores, como las barreras estructurales en el sistema penitenciario. Los servicios integrados son, por tanto, un componente importante de las intervenciones en este contexto, especialmente en lo que se refiere a la necesidad de colaboración y asociación entre los servicios sanitarios de los centros penitenciarios y comunitarios para promover y facilitar la asistencia ininterrumpida.
Prestación de tratamiento con agonistas de opioides
El tratamiento con agonistas de opioides representa la estrategia principal del tratamiento de la dependencia de opioides en Europa y forma parte de una gama más amplia de opciones de tratamiento disponibles para los consumidores de heroína. Los medicamentos agonistas opioides, como la metadona y la buprenorfina, son sustancias similares a la morfina que imitan los efectos de las sustancias naturales extraídas del opio, como el alivio del dolor y la depresión respiratoria, la estabilización de las funciones cerebrales y la prevención del ansia y la abstinencia. Estos medicamentos suelen recetarse durante periodos prolongados (por lo general, más de seis meses).
Las personas en tratamiento se inyectan drogas con menor frecuencia y tienen conductas menos arriesgadas a la hora de inyectarse. El tratamiento con agonistas opioides ha sido una respuesta clave en los esfuerzos por reducir el número de muertes relacionadas con los opioides, así como por contribuir a reducir los niveles de consumo de opioides de alto riesgo y el número de infecciones por VIH entre los consumidores de drogas inyectables en Europa. También desempeña un papel importante en la prevención de la propagación de la hepatitis vírica. La consecución de estos resultados depende en gran medida de la motivación y las circunstancias de cada persona y de la calidad y eficacia del tratamiento recibido, así como de la red más amplia de servicios sanitarios y sociales que apoyan la recuperación del paciente en el tratamiento con agonistas opioides. El impacto del tratamiento con agonistas de los opioides en la prevención de la propagación de enfermedades infecciosas entre los consumidores de drogas inyectables parece ser especialmente eficaz cuando se combina con programas de intercambio de jeringuillas con aguja.
Suministro de agujas y jeringuillas y otros equipos de reducción de daños
Entre las personas que se inyectan drogas, el uso compartido de agujas y jeringuillas es el factor de riesgo clave para la adquisición de enfermedades transmitidas por la sangre. Los programas de intercambio de agujas y jeringuillas tienen por objeto proporcionar jeringuillas y agujas hipodérmicas estériles, así como otros equipos de inyección, como medida para prevenir el riesgo de infección. Estos programas pueden aplicarse en el marco de un paquete de medidas de reducción de daños y, a menudo, incluyen un componente de información y educación. Las agujas y las jeringuillas pueden obtenerse gratuitamente o a cambio de las usadas. Estos programas pueden aplicarse en diferentes contextos, incluidos los servicios de bajo umbral, las farmacias y los centros penitenciarios. Los métodos de distribución variarán según el país y el entorno.
Existen pruebas de calidad moderada de que los programas de intercambio de agujas y jeringuillas son eficaces para la prevención del VHC y el VIH y para reducir el comportamiento de riesgo de las inyecciones entre las personas que se inyectan drogas. Sin embargo, para tener un impacto significativo en las tasas de transmisión del VIH y el VHC en esta población, es necesario que los programas de intercambio de agujas y jeringuillas se ofrezcan a una escala suficientemente amplia y en combinación con otras respuestas, como el tratamiento (prevención combinada).
Además de los programas de intercambio de agujas y jeringuillas, el suministro de otros tipos de equipos, por ejemplo, cocinas o filtros estériles, puede reducir las conductas de riesgo de la inyección. El suministro de filtros puede ser especialmente importante en países en los que las personas se inyectan sustancias que se presentan en forma de comprimidos, como la buprenorfina, lo que puede dar lugar a una serie de complicaciones médicas difíciles y costosas de tratar.
Aportación de pruebas y tratamiento del VIH y la hepatitis vírica
En muchos países, los servicios de drogodependencia de bajo umbral, basados en la comunidad, ofrecen análisis de enfermedades infecciosas, y cada vez hay más pruebas que demuestran que esta es una estrategia rentable. Las normas mínimas de calidad de la UE para el tratamiento de la drogodependencia promueven la realización habitual de pruebas voluntarias y confidenciales de enfermedades transmitidas por la sangre a través de agencias comunitarias, el asesoramiento sobre conductas de riesgo y la asistencia en el manejo de enfermedades. Estos servicios también pueden aumentar las tasas de vacunación contra la hepatitis A y B.
En la última década se han producido importantes avances biomédicos que han contribuido de manera significativa al diagnóstico precoz del VIH y la hepatitis vírica, mientras que los nuevos medicamentos han mejorado significativamente la eficacia del tratamiento de la hepatitis crónica. No obstante, los índices de realización de pruebas siguen siendo bajos entre las personas que se inyectan drogas y se necesitan especialmente enfoques eficaces para promover las pruebas como primer elemento de una cascada de asistencia. El diagnóstico precoz del VIH, el VHC o el VHB es crucial, ya que es el primer paso para acceder al tratamiento y, posteriormente, para prevenir la transmisión posterior (tratamiento como prevención). Entre otros factores, el estigma y la marginalización siguen siendo barreras importantes para las pruebas de detección de infecciones víricas de transmisión sanguínea entre los consumidores de drogas inyectables, lo que puede retrasar el diagnóstico y el tratamiento.
VIH: pruebas y tratamiento
Las pruebas de detección del VIH pueden realizarse en centros sanitarios especializados, como centros especializados en ITS (infecciones de transmisión sexual) y clínicas de salud sexual, servicios prenatales y unidades de enfermedades infecciosas. También pueden tener lugar en lugares no especializados, como consultas generales, ámbitos comunitarios y los servicios ambulatorios de los hospitales.
Las pruebas serológicas de cuarta generación son la prueba de diagnóstico típica empleada en la mayoría de los contextos sanitarios. Dado que estos análisis pueden detectar tanto antígenos como anticuerpos del VIH, pueden diagnosticar una infección aguda antes de que la respuesta de los anticuerpos sea detectable. Las pruebas de diagnóstico rápido también están disponibles en el mercado, pero no proporcionan un diagnóstico definitivo. En su lugar, se incluyen como parte de una estrategia de «prueba para clasificación», que requiere una prueba confirmatoria en caso de que se obtenga un resultado de prueba reactivo. Por lo general, se puede establecer un diagnóstico el mismo día.
A pesar de las estrategias de análisis actuales, muchas personas infectadas por el VIH se siguen diagnosticando en una fase avanzada de la enfermedad. En el caso de las personas que viven con VIH, la terapia antirretroviral produce supresión viral, disminución de las tasas de enfermedades concomitantes y prevención de futuras infecciones oportunistas. El diagnóstico y el inicio precoces del tratamiento antirretrovírico reducen la morbilidad y la mortalidad, y ofrecen a las personas infectadas mayor posibilidad de tener una esperanza de vida normal, así como reducir potencialmente la trasmisión del VIH a otras personas. Por tanto, la política de «prueba y tratamiento» del VIH, en la que la terapia antirretroviral se inicia directamente después de un diagnóstico de VIH, es importante para abordar la infección por VIH entre los consumidores de drogas inyectables.
VHC: pruebas y tratamiento
Las pruebas de detección son la puerta de acceso al tratamiento y, para lograr la eliminación del VHC, es necesario realizar esfuerzos especiales para llegar a las personas no diagnosticadas y a las personas en riesgo de infección. Dado que la infección a menudo es asintomática, las personas infectadas por el VHC que se inyectan drogas pueden no conocer su infección.
La detección precoz de la infección por el VHC y el tratamiento con fármacos antivíricos de acción directa muy eficaces tienen un potencial considerable para prevenir las enfermedades hepáticas y las muertes. Se dispone de nuevos tratamientos antivíricos de acción directa para la hepatitis C que curan la enfermedad en un plazo más breve y con menos efectos adversos que las opciones de tratamiento anteriores. Estas combinaciones orales de fármacos antivíricos de acción directa pueden eliminar la infección por el VHC en más del 90 % de los casos en 8-12 semanas, y, debido a su seguridad y eficacia, constituyen el tratamiento de primera línea para la infección por el VHC.
Para tratar con éxito la infección por hepatitis C en personas que consumen drogas inyectables, es necesario ampliar las vías de acceso y derivación, incluso ofreciendo tratamiento en servicios especializados en materia de drogas en contextos comunitarios para aumentar su aceptación y disponibilidad. La ubicación conjunta del tratamiento para la hepatitis C y del tratamiento de sustitución de opioides puede facilitar el acceso de los usuarios. Otro objetivo importante es mejorar el cumplimiento del tratamiento entre los consumidores de drogas inyectables. La gestión de casos, los servicios de apoyo y la prestación de educación y formación para mejorar la alfabetización en materia de salud y VHC tanto entre las personas que se inyectan drogas como entre los proveedores de servicios, así como las intervenciones dirigidas por pares, pueden ser de utilidad en este contexto.
La ampliación del tratamiento de la hepatitis C es esencial no solo para reducir o prevenir la morbilidad y la mortalidad relacionadas con la enfermedad, sino también para reducir la transmisión ulterior de la infección por el VHC entre las personas que se inyectan drogas. Las directrices clínicas europeas recomiendan que se ofrezca tratamiento sin demora a todos los pacientes con infección por VHC crónica o adquirida recientemente, y que se valore el tratamiento urgente a las personas en riesgo de transmitir el virus, como los consumidores de drogas inyectables. Lo ideal sería adaptar el tratamiento a las necesidades individuales y que se prestara en un contexto multidisciplinar.
VHB: pruebas y tratamiento
Las pruebas de detección del VHB permiten la detección del antígeno de superficie del virus de la hepatitis B (HBsAg). Normalmente se llevan a cabo mediante un inmunoanálisis de laboratorio o una prueba de diagnóstico rápido. La mayoría de las pruebas de diagnóstico rápido pueden realizarse con sangre recogida pinchando la yema del dedo y son rápidas y fáciles de realizar.
El tratamiento de la infección por VHB, a diferencia del tratamiento de la hepatitis C, es a largo plazo y no elimina el virus, sino que suprime la replicación del VHB en el 70 % al 80 % de los receptores, además de retrasar la progresión a la cirrosis y el desarrollo del carcinoma hepatocelular. Además, la vacunación universal de los niños contra la hepatitis B y las campañas de vacunación dirigidas a los grupos de alto riesgo hacen que la hepatitis B sea cada vez más rara en el futuro.
Otras intervenciones de prevención
Se han explorado una serie de intervenciones adicionales en relación con su eficacia en la prevención de las enfermedades infecciosas en los consumidores de drogas inyectables, pero las pruebas son menos claras en este caso. La naltrexona, especialmente en forma de implantes de larga duración, puede tener un efecto positivo en la mejora de la retención en el tratamiento y la reducción del consumo de opioides, pero sigue sin estar claro si su uso es eficaz para prevenir el VHC, el VIH y las conductas de riesgo de inyección.
Los resultados de ensayos recientes parecen indicar que las salas de consumo supervisado de drogas pueden influir en las conductas de riesgo en la inyección. Sin embargo, las pruebas existentes son insuficientes para permitir una evaluación adecuada del impacto de las salas de consumo supervisado de droga en las infecciones por VHC y VIH.
A menudo se aplican intervenciones psicosociales que implican información, educación, asesoramiento o formación de capacidades, pero su eficacia en la prevención del VIH, el VHC y la conducta de riesgo en las inyecciones sigue siendo incierta.
Visión general de las pruebas sobre... respuestas a las enfermedades infecciosas relacionadas con las drogas
| Declaración | Pruebas | |
|---|---|---|
| Efecto | Calidad | |
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El tratamiento con agonistas de opioides previene el VHC (infección primaria y reinfección), el VIH y la conducta de riesgo en las inyecciones entre las personas que se inyectan drogas. |
Beneficioso |
Alto |
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El suministro de agujas y jeringuillas estériles es eficaz para la prevención del VHC, el VIH y la conducta de riesgo en las inyecciones entre las personas que se inyectan drogas. |
Beneficioso |
Moderado |
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La combinación del tratamiento con agonistas de opioides y el suministro de agujas y jeringuillas previene las infecciones por el VHC y las conductas de riesgo en las inyecciones entre los consumidores de drogas inyectables. Aunque todavía no hay suficientes estudios para evaluar el efecto en el VIH, teniendo en cuenta el efecto positivo en el VHC, los expertos asumen el mismo efecto positivo en las infecciones por el VIH. |
Beneficioso |
Moderado |
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El tratamiento antivírico contra el VIH, el VHB y el VHC entre las personas que consumen drogas es eficaz. El tratamiento con agonistas opioides mejora el cumplimiento de la pauta de tratamiento, por lo que no debe considerarse una barrera para el acceso al tratamiento antivírico. |
Beneficioso |
Moderado |
|
No hay pruebas suficientes para evaluar el impacto de las salas de consumo supervisado de droga en las infecciones por VHC y VIH. |
Poco claro |
Muy bajo |
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No hay pruebas suficientes para evaluar el impacto de las pruebas de detección de enfermedades infecciosas en las infecciones por VHC y VIH. |
Poco claro |
Muy bajo |
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No hay pruebas suficientes que respalden el uso de naltrexona para prevenir el VHC, el VIH y las conductas de riesgo en las inyecciones. |
Poco claro |
Muy bajo |
Clave del efecto de las pruebas:
Beneficioso: Pruebas del beneficio en la dirección deseada. Poco claro: No está claro si la intervención produce el beneficio previsto. Daños potenciales: Pruebas de posibles daños o pruebas de que la intervención tiene el efecto contrario al deseado (por ejemplo, aumento en lugar de disminución del consumo de drogas).
Clave de calidad de las pruebas:
Alta: Podemos tener un alto nivel de confianza en las pruebas disponibles. Moderada: Tenemos una confianza razonable en las pruebas disponibles. Baja: Tenemos poca confianza en las pruebas disponibles. Muy baja: Las pruebas disponibles actualmente son insuficientes y, por tanto, existe una incertidumbre considerable sobre si la intervención producirá el resultado previsto.
Panorama europeo: disponibilidad de intervenciones que responden a las enfermedades infecciosas relacionadas con las drogas
La gran mayoría de los países vigilados por el EMCDDA suministran equipos de inyección limpios gratuitos en puntos especializados. Sin embargo, existen diferencias considerables entre países en la distribución geográfica de estos puntos de venta y la proporción de consumidores de drogas inyectables cubiertos por los programas de intercambio de agujas y jeringuillas, y solo unos pocos notificaron un nivel de cobertura, a través de programas de drogas especializados y financiados con fondos públicos, por encima del objetivo de 2020 de 200 jeringuillas por consumidor de drogas inyectables.
Se estima que alrededor del 50 % de las personas con dependencia de opioides en Europa reciben algún tipo de tratamiento con agonistas. Las estimaciones nacionales, cuando están disponibles, varían mucho, de alrededor del 10 % a alrededor del 80 %, lo que pone de relieve tanto la heterogénea situación existente en Europa con respecto a la cobertura del tratamiento como el hecho de que la prestación de tratamiento sigue siendo insuficiente en muchos lugares, a pesar de las mejoras en una serie de países (véase Opioides: respuestas sanitarias y sociales).
Aunque la cobertura se ha ampliado en cierta medida en los últimos años, la mayoría de los países de la UE no cumplen los objetivos combinados del tratamiento con agonistas opioides y el suministro de agujas y jeringuillas, incluso en entornos en los que pueden estar presentes otros factores de riesgo de infección por VIH o VHC entre los consumidores de drogas inyectables, como la encarcelación en centros penitenciarios y otros centros de custodia.
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) ofrece orientación basada en pruebas sobre las pruebas integradas de detección del VHB, el VHC y el VIH. En 2021, el EMCDDA puso en marcha un conjunto de herramientas en línea para apoyar un mayor acceso a las pruebas de detección del VHC y a la atención sanitaria en los servicios relacionados con las drogas. A escala nacional, la mayoría de los países de la UE han adoptado, o están preparando, estrategias específicas para la hepatitis C. Las iniciativas para abordar la hepatitis C, dirigidas a las pruebas de detección, el asesoramiento y el tratamiento de personas que consumen drogas inyectables, han aumentado, pero siguen pareciendo insuficientes, ya que la prevalencia del VHC en este grupo se sitúa en niveles medios o altos, o incluso aumenta, en la mayoría de los países europeos. Todo ello, a pesar de las pruebas de la eficacia del tratamiento antivírico de la hepatitis C para personas que se inyectan drogas. En parte, esto podría explicarse por los elevados costes de los nuevos medicamentos, si bien los obstáculos para la detección y el tratamiento de la hepatitis C también pueden contribuir a ello. Se están abordando algunos de estos obstáculos. Ahora se dispone de Fibroscan, una herramienta de diagnóstico que facilita la detección de la enfermedad hepática y los nuevos medicamentos han reducido tanto la duración del tratamiento como los efectos secundarios negativos, por lo que deberían facilitar el cumplimiento.
Los análisis y el tratamiento de las enfermedades infecciosas entre los reclusos tienen un impacto importante en la salud pública. Aunque los análisis y el tratamiento del VIH, el VHC y el VHB están disponibles en muchos centros penitenciarios de toda Europa, se sabe poco sobre los niveles de cobertura y el número de personas que reciben tratamiento. Los programas de intercambio de agujas y jeringuillas, aunque se aplican ampliamente en la comunidad, solo están disponibles en centros penitenciarios de tres Estados miembros de la UE. El ECDC y el EMCDDA ofrecen orientaciones para prevenir la propagación de virus transmisibles por la sangre en los centros penitenciarios.
Implicaciones para la política y la práctica
Elementos básicos
- Las intervenciones principales en este ámbito incluyen programas de intercambio de agujas y jeringuillas, tratamiento con agonistas opioides, pruebas y tratamiento de enfermedades infecciosas y actividades de promoción de la salud.
- Muchas personas que consumen drogas desconocen su estado de infección por el VIH, el VHC o el VHB. Las pruebas deben ofrecerse como parte del paquete de base siempre que haya algún contacto con los servicios de drogodependencia.
- El tratamiento del VHC está cada vez más disponible, pero la prevalencia de la infección entre los consumidores de drogas inyectables sigue siendo media o alta en toda Europa.
- La vacunación frente a la hepatitis A y B de los consumidores de drogas inyectables puede reducir sustancialmente la incidencia de estas infecciones y sus graves efectos en la salud.
Oportunidades
- La aplicación de una estrategia integrada para proporcionar prevención, divulgación, cribado y tratamiento de la hepatitis C en coordinación con la reducción de daños (incluidos los programas de intercambio de agujas y jeringuillas) y los programas de tratamiento de la drogodependencia (incluido el tratamiento con agonistas opioides), tanto en la comunidad como en los centros penitenciarios, podría reducir las enfermedades hepáticas y los cánceres y eliminar potencialmente la hepatitis C como amenaza para la salud pública entre los consumidores de drogas inyectables.
- El acceso a las pruebas de cribado y el tratamiento de enfermedades infecciosas y de transmisión sexual y su utilización pueden incrementarse mediante el desarrollo de pruebas de cribado in situ en servicios para consumidores de drogas, como centros de tratamiento de la drogodependencia, salas de consumo supervisado de droga o programas de intercambio de agujas y jeringuillas.
Huecos
- Los brotes relacionados con el consumo de estimulantes siguen documentándose y representan una amenaza grave para la salud pública. La mejora de la detección precoz, la vigilancia en tiempo real y una mayor colaboración entre los organismos nacionales y regionales son objetivos importantes en este ámbito.
- En la actualidad, el acceso a los programas de intercambio de agujas y jeringuillas y al tratamiento con agonistas de opioides está por debajo de los niveles recomendados en muchos países de la UE y debe mejorarse. Es importante recoger más datos para mejorar las estimaciones relativas al tamaño y las características de la población de consumidores de drogas inyectables, así como la cobertura de los programas existentes de intercambio de agujas y jeringuillas, para permitir un seguimiento más eficaz de los servicios clave. Además, también se necesitan mejores datos sobre la adopción del tratamiento del VHC para permitir una evaluación precisa de la idoneidad de la prestación del servicio.
- La infección por el VIH en los consumidores de drogas por vía parenteral suele diagnosticarse tarde y se siguen notificando casos de SIDA en este grupo. La mejora de las pruebas de detección del VIH, el inicio inmediato del tratamiento del VIH después del diagnóstico y unos niveles más elevados de retención en la asistencia son requisitos esenciales para mejorar esta situación.
- La prestación de respuestas para prevenir y tratar las enfermedades relacionadas con las drogas sigue siendo baja en algunos contextos de alto riesgo, como los centros penitenciarios y otros centros de custodia.
Datos y gráficos
El gráfico que figura a continuación procede del Barómetro de eliminación de las hepatitis víricas entre los consumidores de drogas por vía parenteral en Europa (componente de prevención). Para ver las versiones interactivas de la infografía que figura a continuación, así como para acceder a los datos de su fuente, haga clic en una infografía.
Otros recursos
EMCDDA
- Portal de buenas prácticas.
- Guía del EMCDDA para la celebración de una mesa redonda de partes interesadas sobre el apoyo a las pruebas y el tratamiento de la hepatitis C en los servicios de drogodependencia, 2021.
- Manual: increasing access to hepatitis C testing and care for people who inject drugs (Manual: aumento del acceso a las pruebas de la hepatitis C y la atención a los consumidores de drogas por vía parenteral), 2021.
- Increase access to hepatitis C (HCV) testing and care in drug services: a toolkit (aumento del acceso de los análisis y la asistencia a la hepatitis C (VHC) en los servicios de atención a las drogas: kit de herramienta), 2021.
- Elimination barometer on viral hepatitis among people who inject drugs in Europe (Barómetro de la eliminación de las hepatitis víricas entre los consumidores de drogas inyectables en Europa), 2021.
- Expert meeting on drug-related infectious diseases (DRID) 2020 (Reunión de expertos sobre enfermedades infecciosas relacionadas con enfermedades (DRID) 2020.
- Hepatitis C treatment for injecting drug users (Tratamiento de la hepatitis C en consumidores de drogas inyectables), Perspectives on drugs, 2015.
- Hepatitis C among drug users in Europe: epidemiology, treatment and prevention (Hepatitis C entre consumidores de drogas en Europa: epidemiología, tratamiento y prevención), Insights, 2016.
- Drug-related infectious diseases in Europe: update from the EMCDDA expert network (Enfermedades infecciosas relacionadas con fármacos en Europa: actualización de la red de expertos del EMCDDA), Comunicación rápida, 2017.
- Estimating trends in injecting drug use in Europe using national data on drug treatment admissions (Estimación de las tendencias en el uso de drogas inyectables en Europa usando datos nacionales sobre ingresos para tratamiento de problemas de drogas), Informe técnico, 2015.
- Guidelines for testing HIV, viral hepatitis and other infections in injecting drug users, (Directrices para análisis de VIH, hepatitis vírica y otras infecciones en usuarios de drogas inyectables) Manual, 2010.
- Prevention and control of infectious diseases among people who inject drugs, (Prevención y control de las enfermedades infecciosas en personas que se inyectan drogas) Publicación conjunta, 2011.
Otras fuentes
- UNODC, Publications: drug use and HIV (Publicaciones: consumo de drogas y VIH) (sitio web).
Acerca de esta miniguía
Esta miniguía ofrece una visión general de los aspectos más importantes que deben tenerse en cuenta a la hora de planificar o proporcionar respuestas sanitarias y sociales a las enfermedades infecciosas relacionadas con las drogas, y revisa la disponibilidad y la eficacia de las respuestas. También tiene en cuenta las implicaciones para la política y la práctica. Esta miniguía es una de un conjunto más amplio, que en conjunto forma Respuestas sanitarias y sociales a los problemas de drogas: una guía europea 2021.
Cita recomendada: Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (2021), Enfermedades infecciosas relacionadas con las drogas: respuestas sanitarias y sociales, https://www.emcdda.europa.eu/publications/mini-guides/drug-related-infe….
Identificadores
HTML: TD-09-21-504-ES-Q
ISBN: 978-92-9497-714-4
DOI: 10.2810/615086
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(1) El término tratamiento con agonistas de opioides se utiliza aquí como expresión preferida para cubrir una serie de tratamientos que requieren la prescripción de agonistas opioides para tratar la dependencia de los opioides. El lector debe ser consciente de que este término incluye el tratamiento de sustitución de opioides (TSO), que todavía puede utilizarse en algunas de nuestras herramientas de recogida de datos y documentos históricos.